jueves, 6 de noviembre de 2008

El despertar

Extrañamiento silencioso que avanza en la noche y descoloca las sabanas en remolinos, en súbitos despertares, que jamás conciliaron. Se despierta de las llamas en su encéfalo y crea una suerte de teoria de puesta en práctica de otra teoria. La dibuja con su mente en la pared blanca hasta que ya no aguanta y necesita del humo para hundirse en ella, ahogarse de la nueva teoria en la que el extrañamiento lo es todo.

Y en una penumbra de pobreza y luz artificial la realidad gana nitidez y claridad. Él sabe y espera en silencio mientras se ahoga en tanta novedad casi sin sacar la cabeza para respirar. Para darse cuenta que valoraba ese extrañamiento mas que la vida misma, o el sentido de la misma. Casi ahogando todo lo conocido comienza a ver el futuro, a crear una realidad alternativa donde nada falta, salvo realidad. Y él ve en esa epifania como el paso de pensar a hacer no resulta para nada imposible. Se podrá decir que tal obviedad no puede ser ignorada. Pero él la ignoró y la infelicidad de su ignorancia lo hizo querer conocerlo todo.

Y esto él lo cuenta tranquilo, ahora que casi no tiene tiempo ni para visitarme.