jueves, 26 de agosto de 2010

fragmento

... casi como si recitara una broma dijo:

tal vez a nuestra muerte el alma emigra:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de Bengala,
mientras tanto nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y despues en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en escremento.
tal vez le toque un destino mas horrendo
en el cuerpo de un niño
que un dia hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgará sus antiguos pecados
de guerrero o criminal,
o revivira pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de una comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones.

(Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sabato, 1961)

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